El fuego afectó el 57,9% de las sierras de Córdoba entre 1987 y 2018. En esos 31 años, 9.210 focos asolaron 1.609.672 hectáreas, el equivalente a casi 28 ciudades de Córdoba, la capital provincial.
Las cifras provienen del banco de datos sobre incendios creado por un grupo de investigación del Instituto Gulich, dependiente de la UNC y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), al que tuvo acceso UNCiencia.
Se trata de una cartografía histórica de las áreas quemadas. Su propósito es proveer información científica sobre los patrones espaciales y temporales que sigue la ocurrencia de estos disturbios en las sierras de Córdoba.
Conocer las zonas más propensas a sufrir este tipo de eventos es un insumo crucial. No solo posibilita gestionar el riesgo de incendios y delinear planes preventivos, sino prever medidas de rehabilitación para los espacios degradados.
La base consta de 31 archivos vectoriales georreferenciados, uno por cada año. En ellos, las superficies alteradas por las llamas están delimitadas mediante polígonos, cuyos vértices corresponden a pares de coordenadas (latitud/longitud).
Cada registro fue producido a partir de imágenes capturadas por satélites del programa Landsat, del Servicio Geológico de Estados Unidos, a las que se accedió a través de la plataforma Google Earth Engine.
Especialistas del Instituto Gulich efectuaron un primer análisis sobre ellas y luego las sometieron a un procesamiento semiautomático en la nube para generar las “cicatrices” (polígonos) provocadas por las llamas.
Actualmente, esa treintena de documentos atraviesa un proceso de revisión exhaustiva para incrementar su precisión, corregir falsos positivos y agregar incendios omitidos.
Cuando finalice esa etapa, todo el material estará disponible en el portal de esa institución. Será de acceso libre, tanto para la comunidad científica como para el público general.

En color naranja es posible observar los polígonos correspondientes a los incendios ocurridos cada año. La línea punteada demarca las sierras de Córdoba, la zona de estudio. Imagen generada a partir de datos provistos por el equipo de investigación del Instituto Gulich.
Tres décadas de fuego bajo la lupa
La idea de crear una base de datos de incendios surgió originalmente como propuesta de un grupo de profesionales como proyecto integrador para la Maestría de Aplicaciones en Información Espacial que imparte el Instituto Gulich.
Posteriormente, la iniciativa continuó su desarrollo hasta alcanzar su envergadura actual. El proyecto se inscribe dentro de una línea de investigación sobre la temática que integrantes de ese centro científico vienen impulsando hace años.
1988 fue el peor año del período analizado, con 961 focos que se extendieron más de 350 mil hectáreas. Si bien 2015 registró el menor número de incidentes (45), el ciclo con menor superficie degradada fue 2014 (2.135 hectáreas).
Del relevamiento surge que el 2,2% de los incendios fue responsable del 71% del área total quemada entre 1987 y 2018. Se trata de disturbios de gran escala, que superaron cada uno las mil hectáreas. En el extremo opuesto, más del 86,3% de los siniestros –todos menores a 100 hectáreas– afectaron un 11% de la superficie total afectada por el fuego.
La frecuencia con la que ocurren es otra de las lecturas que habilita el material producido.
En el período estudiado, un 21% de las sierras (585.861 ha) se quemó una vez; un 9,5% (264.126 ha) en dos oportunidades; y un 3,2% (89.966 ha) tres veces. Además, 44.996 hectáreas quedaron bajo las llamas en cuatro o más oportunidades durante el lapso analizado.
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