El secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, había asegurado hace unos días en un acto en Vaca Muerta que los pliegos para avanzar con el gasoducto Néstor Kirchner se publicarían en “las primeras semanas de mayo”, con la intención de adjudicar en julio y comenzar con la construcción en agosto.
Por su parte, el presidente Alberto Fernández fue todavía más optimista y declaró ante un grupo de periodistas que “la licitación está en marcha y yo quiero que se empiecen las obras en julio de este año y que los adjudicatarios lo hagan rápido. Que no se demoren porque tenemos una gran oportunidad como país en un mundo que demanda energía, no queremos perder más tiempo”.
Al respecto Agustín Gerez, el presidente de la empresa estatal Integración Energética Argentina S.A. (IEASA), declaró: “Hemos recibido lo que faltaba del aporte solidario (se refiere al impuesto a las grandes fortunas). Eso permitirá esta semana adjudicar el abastecimiento de caños y para los primeros días de mayo poder licitar la obra propiamente dicha”.
El gobierno declaró de interés público la construcción del gasoducto a través de una resolución del 7 de febrero de este año y otorgó a IEASA la concesión de transporte para dicho gasoducto por un plazo de 35 años con la firma un DNU del 14 de febrero.
IEASA lanzó esta semana la licitación para adquirir distintos insumos estratégicos complementarios para la construcción del gasoducto, una obra clave para ampliar la capacidad de transporte de gas desde Vaca Muerta a los centros de consumo del país.
Se trata de la licitación para adquirir válvulas de 20, 24, 30 y 36 pulgadas para el ducto troncal que unirá las localidades de Tratayén (Neuquén) con Saliquelló (Buenos Aires) y para el ducto Mercedes-Cardales y otras obras complementarias.
Además, la ex Enarsa también inició otros tres procesos de licitación: para la provisión de electrodos e8010 g y e9010 g, para la adquisición de tramos de medición y cromatógrafos y para compra de mantas termocontraíbles de 30 y 36 pulgadas, que se utilizan para reparación y protección de las uniones de los caños.
La capacidad de transporte de los tres gasoductos que unen la cuenca Neuquina con los grandes centros de consumo se encuentra en la actualidad prácticamente saturada.
Los datos de inyección en cabecera de julio de 2021 -uno de los meses más fríos del año, pero cuando todavía se estaba saliendo de la pandemia de la covid-19- mostraron que el gasoducto Centro Oeste (Transportadora Gas del Norte) se encontraba operando al máximo, mientras que el conjunto Neuba I y II (Transportadora Gas del Sur) registró una capacidad ociosa de poco más de 5 millones de metros cúbicos.
Eso implica, según el propio gobierno reconoce, que en estas condiciones los productores de gas de Vaca Muerta no podrán seguir incrementando su producción más allá de unos 5 o 6 millones de metros cúbicos adicionales, precisamente por la imposibilidad de evacuar ese gas. Ese límite estructural impide reemplazar volúmenes significativos del Gas Natural Licuado Importado que se consume en invierno, con el consiguiente impacto fiscal y en la disponibilidad de divisas.
¿Por qué no se empezó a construirlo antes?
El gobierno de Mauricio Macri avanzó en esa dirección durante su último año de mandato. El 8 de marzo de 2019, el entonces secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, publicó en el Boletín Oficial la resolución 82/2019 convocando a la presentación de manifestaciones de interés para la construcción de un nuevo gasoducto, o la ampliación significativa de la capacidad de transporte existente, para la evacuación de gas natural producido en la Cuenca Neuquina hacia los centros de consumo del Área Metropolitana de Buenos Aires y el Litoral.
A partir de los aportes privados y la evaluación del Ente Nacional Regulador del Gas y la propia secretaría de Energía, se decidió construir un gasoducto que conecte la localidad neuquina de Tratayén con la localidad bonaerense de Salliqueló.
El 31 de julio de 2019 se convocó a licitación pública, a través de la resolución 437, para la construcción del proyecto. La fecha de apertura de las ofertas se fijó para el 12 de septiembre, pero la derrota del oficialismo en las PASO y la profundización de la crisis macroeconómica forzó al gobierno a postergar esa fecha primero para el 12 de noviembre y luego para el 31 de marzo. En el esquema que había diseñado el macrismo el financiamiento de la obra iba a ser privado y ese objetivo se había vuelto una quimera en medio de la corrida cambiaria y el restablecimiento del cepo.
El 31 de marzo de 2020, cuando vencía la prórroga para la presentación de las ofertas, el gobierno de Alberto Fernández volvió a prorrogar la fecha hasta el 30 de diciembre de 2020 y finalmente ese día el actual secretario de Energía, Darío Martínez, derogó la licitación a través de la resolución 448/20. En esa misma resolución, Martínez instruyó a la subsecretaría de Hidrocarburos “a llevar a cabo una evaluación técnica y legal, a fin de considerar las mejores alternativas de construcción de un nuevo gasoducto y/o la ampliación de las capacidades de transporte”, pero durante más de un año no hubo novedades.
Martínez ensayó una explicación para justificar por qué el gobierno actual no avanzó antes. “¿Qué hubiera pasado si tan solo, hace 17 meses, con la producción cayendo al 8 por ciento anual, hubiéramos planteado la construcción de este Gasoducto? Los mismos que hoy nos critican, hubiesen dicho que era una locura construir esta obra sin tener gas”.
Más allá del argumento de Martínez, lo cierto es que no fue la caída en la producción de gas lo que frenó la construcción del gasoducto sino las recurrentes internas políticas del área energética que han paralizado prácticamente todas las iniciativas de gestión durante los últimos dos años y medio.
agendarweb.com.ar (reproduce el informe del periodista Fernando Krakowiak para el portal especializado en energía EconoJournal) Extractamos una síntesis del artículo .
Foto de cabecera: Alberto Fernández junto al gobernador de Neuquén Omar Gutiérrez, el titular de YPF, Pablo González, y el secretario de Energía, Darío Martínez, en el acto de Vaca Muerta.