No se trata de un desafío menor. El trasvasamiento generacional hace que hoy millennials y centennials conformen más del 40% del padrón electoral. Son la base de la pirámide poblacional, sin la cual el objetivo de ganar cualquier elección se vuelve muy difícil. Todos los sectores políticos necesitan representar al menos a una porción de las/os jóvenes para poder ser competitivos. ¿Lo están logrando?.
La experiencia profesional nos indica algo: las juventudes son quizás el segmento en el que menos invierte la política. Casi no se realizan estudios de opinión pública enfocados en el sector, casi no hay inversión publicitaria destinada al segmento en las campañas, y las plataformas electorales ni siquiera suelen mencionarles.
La política habla a las juventudes con la misma falta de empatía que suele utilizar en general: recurriendo a lugares comunes, estereotipos y propuestas vacías que muchas veces ni siquiera abordan correctamente las principales preocupaciones del segmento.
Pero las juventudes votan igual. Y sobre ese voto trata este informe, que se nutre de datos de nuestro último estudio nacional, pero segmentando solo a quienes tienen menos de 35 años. Es apenas una primera aproximación a lo que debería ser un estudio mucho más profundo y abarcativo de esta población. Lograr profesionalizar los estudios sobre jóvenes es uno de los desafíos que nos hemos puesto este año. Esperamos que la política logre sumarse al mismo.
El 59% de quienes tienen menos de 35 años tiene sentimientos negativos con la situación actual del país. Las emociones que predominan son el enojo y la decepción. Es desde esa base que la política necesita pensar su interacción con los segmentos jóvenes.
El marketing electoral suele sobrevalorar los mensajes de contenido positivo en las campañas, especialmente cuando se trata de hablarle al público joven. ¿Funcionará esa estrategía en una juventud que tiene niveles históricos de escepticismo con la política?.
Las campañas electorales que subestimen este dato y no adecuen correctamente sus mensajes se van a chocar con una de las peores reacciones que se pueden obtener en comunicación: la indiferencia y la apatía.
La juventud espera a la política, aguarda que tome sus reclamos y preocupaciones y los transforme en propuestas y políticas públicas. Pero la política no parece estar dispuesta a escuchar. Y entonces la fragmentación se hace más grande.
El Frente de Todos sigue primero entre las percepciones de representación política del segmento, pero con muchísima menos potencia que hace cuatro años. El oficialismo no debe olvidar que fue el voto joven el que le permitió ganar en primera vuelta en 2019.
Hoy es posiblemente el segmento en el que más espacio perdió.
Juntos por el Cambio nunca fue particularmente representativo en este sector, pero hoy esa incapacidad parece haberse acentuado gracias al surgimiento del espacio liberal. Mucho espacio joven que quizás podría elegir a JxC prefiere al liberalismo de Milei. La disputa del voto opositor en este segmento puede ser la antesala para esa misma disputa a gran escala.
Frente a este panorama, la dimensión de género también cobra relevancia: nuestro estudio ha revelado que existen diferencias estadísticamente significativas entre las preferencias expresadas por varones y mujeres jóvenes.
Ellas presentan un menor interés por la política que los varones (43,6% frente al 56,4%) y, mientras que la figura de Milei tiene un mayor apoyo entre varones jóvenes, la figura de Massa es apoyada, en su mayoría, por mujeres. Entre quienes consideran que el Partido Libertario es el que hace y genera más políticas para jóvenes, el 62,4% son varones. En contraste, el 61% de quienes expresan que dicho espacio es el Frente de Todos son mujeres.
El vínculo entre géneros, juventudes y preferencias políticas debe ser profundizado y los datos nos invitan a preguntarnos si las agendas feministas inciden en esa relación. Así, todos los partidos quieren hablarle a la juventud. Todas las campañas empiezan a pensar sus propuestas y mensajes. Todos abren cuentas de TiKTok e invierten en pautado digital creyendo que eso les resolverá el problema. Y todos se olvidan que el primer paso en cualquier conversación es la escucha.
La pregunta entonces no es quien le hablará a la juventud, sino quién la va a escuchar.
Población objeto de estudio: Población general de 16 a 35 años. Ámbito: República Argentina. Procedimiento de muestreo: Muestreo probabilístico por conglomerados. Afijación: Proporcional. Segmentos de ponderación: Género, edad, zona y último voto presidencial. Instrumento y técnica de recolección de la información: Cuestionario estructurado. Cuestionario domiciliario. Trabajo de campo: 16 a 22 de enero del 2023 Tamaño de la muestra: 1300 casos (submuestra de 465 casos). Error de muestreo: +/- 2.72%. Nivel de confianza: 95%