Día del Trabajo y cambio climático

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El 1° de mayo conmemoramos el Día del Trabajo. Celebración que data de episodios acontecidos en 1886 en Chicago, Estados Unidos. No es un día observado por las Naciones Unidas, o sea no hay una Resolución que establezca la efemérides como lo fue el caso del Día de la Madre Tierra, que mencionábamos el sábado 22 de abril, pero es un día reconocido y celebrado por esta organización.

¿Qué pasó en Chicago en mayo de 1886?

En el siglo XIX, la lucha por la jornada de ocho horas, provocó un movimiento internacional que se tradujo en innumerables actos, movilizaciones y huelgas, en las que se destacan, por la combatividad que pusieron en ello, los militantes del anarquismo.

En Estados Unidos, ya en 1829, se registra un petitorio presentado en la legislatura del Estado de Nueva York.

En 1868, el presidente Johnson firma la Ley Ingesoll por la que se determinaba la jornada laboral en 8 horas; no abarcaba a todos los rubros de trabajo. Para 1886, diecinueve Estados y un Territorio, tenían leyes que regularon una jornada legal que iba entre las ocho y las diez horas.

En 1886, en la ciudad de Chicago, Estado de Illinois, centro industrial sumamente importante, las condiciones de trabajo eran extenuantes y el movimiento obrero bregaba por conseguir el límite legal de 8 hs. Llegaron a huelgas en reiteradas oportunidades, en algunas de las cuales habían ocurrido situaciones de represión policial con manifestantes muertos y heridos.

Las movilizaciones de alrededor de 40.000 trabajadores en huelga que se llevaron a cabo con actos a partir del 1º de mayo de 1886, en Chicago, denunciaban la situación de malestar y represión mientras insistían en el reclamo de establecimiento de la jornada máxima de ocho horas.

Uno de esos actos sucedió el 3 de mayo. La policía reprimió a obreros y manifestantes y dejó muertos y heridos. La huelga se endureció y 4 de mayo culminaron esas movilizaciones en un acto público que había sido autorizado por Harrison, el Alcalde de la ciudad. El Alcalde había acudido personalmente para controlarlo. Cuando el acto estaba terminando, y el Alcalde ya se había retirado del lugar, todavía quedaba un pequeño grupo de trabajadores escuchando al último orador de los muchos que habían hablado en la improvisada tribuna, un fuerte contingente policial cargó contra la multitud. En esas circunstancias se motivó un verdadero desastre a raíz de una bomba arrojada contra los policías, entre quienes provocó muertos y heridos.

Si bien no se pudo identificar quién y desde dónde se había lanzado esa bomba, los organizadores de los actos y militantes más conocidos fueron juzgados. Condenaron a ocho inocentes del asesinato ocurrido, tres a prisión y cinco a la horca.

La lucha del movimiento que había iniciado esa manifestación pacífica el 1° de mayo de 1886, finalmente logró la reducción de la jornada laboral a 8 horas. Y en 1889, en París, esa fecha fue instaurada como Día del Trabajador por el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional.

¿Por qué 8 hs de jornada laboral?

Si bien es claro lo excesivo y abusivo de trabajar 18 hs, como se les exigía en ese entonces a quienes participaron de esta gesta, ¿por qué pasar a 8 hs?

El primer antecedente que puedo mencionar trata de un Rey que era conocido por imponer condiciones laborales muy exigentes, trataba de tener todo bajo control y que no hubiera errores ni pérdidas de tiempo…

Se dice que el Rey español Felipe II, en el año 1593, publicó un Edicto Real, que aseguraba que “todos los obreros trabajarán ocho horas cada día, cuatro por la mañana y cuatro por la tarde; las horas serán distribuidas por los ingenieros el tiempo más conveniente, para evitar a los obreros el ardor del sol y permitirles cuidar de su salud y su conservación, sin que falten a sus deberes”, decretó en la Ley VI de la Ordenanza de Instrucción.

Pero esto no valía para toda España, fue solamente para los trabajadores a su cargo que construían el Monasterio de El Escorial. Recibieron un total de diez días de vacaciones al año, un salario íntegro y hasta media paga en el caso de lesionarse o quedar heridos durante su construcción. En aquella majestuosa construcción trabajaron unos “1.500 oficiales de la construcción, y otros tantos peones, 300 carros de bueyes y mulas”, la decisión de reducir y fraccionar los momentos de trabajo la tomó para que todo fuera más fácil de controlar y en eso tenía que ver que la gente pudiera descansar y recuperarse para hacer mejor sus labores. Incluyó alojamiento, comida y atención médica.

El Escorial, la joya de Felipe II

El clima, las horas de máxima insolación o las horas en que no se veía porque era de madrugada o ya había anochecido, parece haber sido un determinante de esta decisión, en el siglo XVI no tengo presente que se encuentren documentados estudios científicos de ausentismo por enfermedades, ni estrés o fatiga. ¿Hubo algún estudio al respecto?

Willian Petty, en 1680, hizo algunas relaciones numéricas entre la cantidad de horas de la jornada laboral y la productividad, dejando documentadas algunas maneras de hacer las observaciones. Obtuvo evidencias de que trabajar más horas repercutía en la reducción de la calidad del trabajo y en pérdida de la salud. Petty era inglés, médico, filósofo, economista, estadista, etc.

No hay registros científicos ni sistemáticos específicos del trabajo de Petty en estos temas que hubieran servido, más de un siglo después, a Robert Owen (1771-1858) -que es el que se menciona como el principal impulsor de la jornada de 8 hs-, ni a quienes propusieron las leyes estadounidenses del siglo XIX.

Owen era un industrial británico que abogaba por la mejora de las condiciones de trabajo y vida de los trabajadores de su época. Argumentaba que una jornada laboral más corta, de 8 horas, permitiría a los trabajadores tener más tiempo libre para descansar, educarse y participar en la vida de sus comunidades.

También creía que una jornada laboral más corta mejoraría la salud y el bienestar de los trabajadores, lo que a su vez aumentaría la productividad y la calidad del trabajo.

Actualmente se hacen mediciones de cantidad de horas de trabajo, productividad, calidad del trabajo, fatiga y salud. Son conocidos algunos sectores que han reducido su jornada laboral y el régimen de intercambio de días laborales y días de descanso, por ejemplo quienes conducen ómnibus en el servicio de transporte público de pasajeros.

Estamos entonces ante una jornada laboral que nació de pautas socio-culturales, económicas y ambientales del siglo XIX. Frente al cambio climático, que en los últimos 20 años ha conllevado el registro de los días más calurosos de la historia o con fuertes tormentas más frecuentes de lo que se esperaría, ¿serán necesarios nuevos aprendizajes?, ¿quiénes están pulsando por los derechos de cada persona que trabaja?

Las recomendaciones científicas del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) son claras. Si queremos mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados celsius a 2 grados celsius respecto a la era preindustrial y evitar consecuencias irreversibles y desastrosas para nuestras sociedades, necesitamos alcanzar la neutralidad climática antes del 2050.

Los trabajadores rurales y de la construcción son los más afectados por el calentamiento global (eldiarioar)

La Organización Internacional del Trabajo está ejerciendo un rol crucial ante estos cambios. Vale mencionar que la OIT es una agencia tripartita de la ONU, lo que significa que cuenta con la participación activa de representantes de los gobiernos, los empleadores y los trabajadores en sus estructuras de toma de decisiones. En el seno de la OIT, el problema del cambio climático se divide en dos grandes dimensiones: mitigación y adaptación.

Mitigación 

Por un lado, debe trabajar en pos de la mitigación del cambio climático. La neutralidad climática es una tarea atravesada por todos los sectores, y ahí están precisamente las personas y sus trabajos. En tal sentido, bregan porque haya trabajo y porque el trabajo no dañe el ambiente.

Para obtener resultados positivos en el mercado de trabajo que favorezcan el trabajo decente y una transición justa para todos, y que no dejen a nadie atrás, será necesario contar con la participación constante de todos los actores del mundo del trabajo y formular y aplicar políticas específicas para la creación de empleo, el desarrollo y la mejora de competencias, el desarrollo de empresas sostenibles, la protección social, los derechos en el trabajo y el diálogo social.

Un ejemplo, trayendo a colación lo que estuvimos conversando sobre las normas de obligatoriedad de la reparación de las cosas, hay un nicho laboral que se reducirá; es una labor conjunta que se siga una hoja de ruta en la que se capaciten más personas para reparar y a la vez se reconvierta la fuerza de trabajo destinada al servicio de venta. Otro ejemplo, si las energías renovables van resultando una alternativa para la descarbonización de los sistemas eléctricos, deberán formarse profesionales en estas materias a la vez de generar puestos de trabajo para quienes operan actualmente plantas de producción de energía eléctrica quemando combustibles, que son generadores de alta emisión de gases de efecto invernadero.

La apertura a nuevos aprendizajes es un pilar fundamental, y tanto el Ministerio de Trabajo de la provincia como el Sindicato Regional de Luz y Fuerza vienen haciendo un camino importante. Este Ministerio ha dedicado sus Jornadas periódicas del año pasado a fortalecer la perspectiva ambiental en la higiene y seguridad laboral. Este Sindicato (SiReLyF) ha tomado el curso Ley Yolanda, trabajando en convenio con la Secretaría de Ambiente, para adentrarse a los cambios en perfiles profesionales que serán requeridos y también para estar en condiciones de prepararse para los eventos climáticos extremos que se pueden producir.

Adaptación 

Por otro lado, se debe trabajar en pos de la adaptación al cambio climático. Debería fomentarse la adopción de un enfoque integral que centre las soluciones en las personas y combine la productividad con el conocimiento disponible y las tecnologías accesibles (como los chalecos con gel de enfriamiento, cascos que favorezcan la aireación de la cabeza, calzado que sea resistente a impacto o corte pero que sea fresco, acceso a agua y a sanitarios con ducha en horario laboral o, -reduciendo de paso emisiones de gases de efecto invernadero asociados a traslados innecesarios-, también los teléfonos móviles, la internet, la televisión y la radio que pueden).

Debido al aumento de la temperatura del Planeta, el estrés térmico, esto es, experimentar más calor del que el cuerpo puede tolerar sin sufrir trastornos fisiológicos, será más frecuente. Dicha sobrecarga térmica aumenta los riesgos profesionales y la vulnerabilidad de los trabajadores y puede provocar hipertermia, y, en casos extremos, incluso la muerte (Han trascendido en noticias de prensa algunos casos de España trabajando a la siesta en días de olas de calor ).

Si resumimos los extremos de estos comentarios: al comienzo comentábamos que Felipe II en el siglo XVI dijo “ahora a la siesta no se trabaja más en la construcción del Monasterio” y al hablar de medidas de adaptación al cambio climático queda claro que en el siglo XXI ya se están tomando medidas para que tampoco se trabaje si hay condiciones que aumenten el riesgo de golpe de calor. ¿Las obras, las actividades, las tareas que sean, van a tardar más? Pero cada persona paga por ejemplo el alquiler, los impuestos, la comida aunque la obra no avance o no se puedan desarrollar actividades laborales; ¿se va a encarecer la mano de obra o se va a traducir en “horas sin trabajo”?

El problema es complejo y son preguntas sin respuesta por ahora. Según la OIT (2020), de las estimaciones más prudentes, basadas en proyecciones de un aumento mundial de la temperatura de 1,5 grados celsius, en combinación con los datos sobre las actuales tendencias de la fuerza de trabajo, se desprende que, si se mantienen las actuales pautas de calentamiento, en 2030 se perderá un 2,2 por ciento de horas de trabajo en todo el mundo debido al estrés térmico, lo que supone una pérdida de productividad equivalente a 80 millones de puestos de trabajo a tiempo completo. ¿Es parecido a lo que pasó durante la pandemia? Muchas personas que en plena pandemia “tenían trabajo” pero les era imposible trabajar y eso se tradujo en ingresos nulos para el sostenimiento del hogar…

Recomendado:
Organización Internacional del Trabajo. 2020. Consejo de Administración. Sección de Formulación de Políticas. Segmento de Empleo y Protección Social . 340ª reunión, Ginebra.

Lic. Viviana Sbarato (educación ambiental y cambio climático)

Foto de cabecera: https://www.sostenibilidad.com/construccion-y-urbanismo/trabajar-altas-temperaturas-efectos-cambio-climatico-mundo-laboral