El intendente Martín Llaryora inauguró el “Espacio Cervecería Córdoba”, un nuevo paseo público que la Municipalidad de Córdoba creó en los predios de la ex Cervecería Córdoba, en barrio Alberdi.
En ese marco expresó: “Qué increíble lo que podemos hacer cuando todos nos juntamos y vamos para el mismo lado. Nunca los vecinos perdieron las ganas y la fe de ir para adelante. Esta es la recuperación de un icono de nuestra historia que estaba abandonado y que va a ser puesta en valor para todos los cordobeses. Este va a ser un espacio cultural en donde va haber mucha movida y artistas y aquí funcionará la primer feria de economía circular”.
Por su parte, el viceintendente Daniel Passerini destacó: “Escuchamos, vimos y nos comprometimos. Este lugar vuelve a ser un punto de recuperación de Alberdi, y desde hoy va a ser un punto de encuentro de los vecinos. Córdoba hoy en resguardo de la memoria se compromete con el futuro. Córdoba tiene historia y acá hay una parte muy rica de ella”.
El lugar fue uno de los primeros sitios donde la actual gestión municipal debió intervenir con urgencia para subsanar los problemas derivados de la falta de respuestas acumulada por años.
Al respecto, el secretario de Ambiente y Sostenibilidad, Jorge Folloni destacó: “Cuando iniciamos nuestra gestión, lo primero que hicimos, desde Higiene Urbana, fue venir a este lugar y sanear una gran laguna que se había formado con líquidos estancados desde el año 2012 y que tenía 13 metros de profundidad. Hoy en ese lugar tenemos una hermosa plaza de bolsillo en donde la feria de economía circular tendrá su lugar”.
Ubicado en la esquina de calles Arturo Orgaz y La Tablada, el pozo de 50 metros de largo, 30 de ancho y 10 de profundidad configuraba un foco infeccioso que era motivo de preocupación de los vecinos de Alberdi, Villa Páez y alrededores.
Hoy, en ese mismo lugar se erige un moderno paseo público conformado por dos espacios: una plaza con juegos infantiles, cancha de fútbol para ciegos, senderos y parquización; y un sector con nuevo adoquinado donde funcionará una Feria de la Economía Circular. Así se rescató un sitio de alto valor histórico y cultural de barrio Alberdi.
En este sentido, cabe destacar que sobre los muros de la ex fábrica se despliega un mural gigante de 300 m² que plasma los hechos ocurridos en el icónico edificio.
La obra titulada “Abuela, contame la historia”, es la encargada de transmitir a las próximas generaciones los hechos que sucedieron allí, como la demolición y posterior construcción de una réplica de la emblemática chimenea.
Otra intervención artística en la ex Cervecería, es la nueva escultura que se emplaza en las escalinatas de ingreso sobre avenida Costanera, frente a la Isla de Los Patos.

“Abuela, contame la historia” proyecta dos rostros femeninos: el de la anciana junto a la nieta de un ex trabajador, vecinas que actualmente habitan el barrio.
“Cíclica” se eleva como estandarte de la circularidad, elaborada íntegramente con retazos de hierro recuperados del Centro de Transferencia y de talleres metalúrgicos.
Dante Martínez, ex trabajador de la cervecería, expresó: “Hoy nos toca ganar, en memoria de la lucha estoy aquí. Esto fue el símbolo del trabajo, del desarrollo de nuestros barrios Alberdi y Villa Páez, de la lucha y la resistencia cuando los trabajadores por 105 días tomaron la fábrica en defensa de la fuente de trabajo. También es una victoria de los vecinos que nos unimos para evitar la demolición de la chimenea, que significaba la lucha y el trabajo de todos”.
“Todo lo que vivimos hoy es muy importante porque gestiones anteriores nos vendieron desarrollo urbano y solo destruyeron nuestro patrimonio. Este triunfo es para las generaciones de nuestros hijos, porque podemos dejarle un espacio de inclusión, que genere espacios de economía circular. Quiero agradecerle a la gestión del intendente Llaryora y al equipo de trabajo, porque quieren a la cervecería como la queremos nosotros”, resaltó Martínez.
Como otros grandes espacios recuperados en la ciudad, el nuevo Paseo Alberdi funcionará con acceso controlado de lunes a lunes y en principio estará abierto de 9:30 a 20:30 horas. Ambos lugares estarán a cargo de cuidadores que velarán por el buen estado de las instalaciones, más aún por tratarse de ex trabajadores de la Cervecería.
A futuro el proyecto incluye el desarrollo de un museo junto a vecinalistas y organizaciones del sector.
Historia
Inaugurada en 1917, la Cervecería Córdoba estuvo marcada por su esplendor y también por su quiebra en 1997, generando la histórica toma de los trabajadores un año después, previo al cierre definitivo de la fábrica.
En una nota de vamosporlaliberacion.org que sintetizamos aca, se recuerda que el 4 de mayo de 1998, los casi 200 trabajadores de la Cervecería Córdoba amanecieron adentro de la fábrica: no sabían que era solo el primero de los 105 días que se mantendrían ocupándola.
“Resistían contra el cierre de la emblemática empresa, que para ellos significaba caer en el abismo de la desocupación que hacía estragos en la Argentina menemista. Durante más de tres meses resistieron toda clase de maniobras, provocaciones e intentos de desalojo, transformándose en un punto de referencia para los trabajadores de la provincia y de todo el país. Por esta razón, Menem y el gobernador Mestre terminaron por apelar a un brutal operativo represivo para cortar lo que era en un palo en la rueda para sus políticas de ajuste, privatizaciones, desocupación y hambre“.
Durante sus 80 años de vida, la Cervecería había cambiado varias veces de manos y mantenía una minoritaria pero significativa franja del mercado cervecero nacional. En sus mejores tiempos había llegado a ocupar a 600 trabajadores. Pero en 1996, en el marco de las políticas de relaciones carnales con EEUU y acuerdo con el FMI, su propietario, Ríos Seoane, se declaró en quiebra.
“El contexto era muy difícil. En ese momento el Correo echó a casi 1.000 trabajadores, la Lockheed yanqui despidió a 872 trabajadores de Área Material Córdoba. Acá la provincia había lanzado un plan de ajuste feroz, vendía el Banco de Córdoba y se estaba privatizando la empresa estatal de energía EPEC. Fíjate vos que parecido a ahora 2018”, señala en la nota Daniel “Pantera” Alvarado de la CTA Autónoma de Córdoba.
En las últimas elecciones del sindicato de la Cerveceria, en 1997, la conducción sindical había quedado encabezada por Elías Cabrera como secretario general, peronista, acompañado por el clasista Daniel Alvarado como adjunto, mientras que Dante Martínez (ex presidente del Centro Vecinal Alberdi) también integraba la Comisión Directiva.
La situación se desencadenó a partir de la declaración de quiebra de la empresa. En medio de los constantes cierres de fábricas, los ataques a los derechos laborales y el mar de desocupados, los cerveceros no podían dejar que la empresa fuera liquidada. Porque en eso se jugaba su futuro y el de sus familias.
“A partir de la quiebra un juez decide liquidar la empresa y llama a convocatoria de acreedores. Entonces nosotros peleamos que en el pliego dijera que la unidad productiva tenía que seguir en marcha y con su personal”, cuenta Dante Martínez. Con sucesivas movilizaciones y una nueva toma de la planta, lograron que en el pliego de la licitación quedara establecido que el nuevo propietario debía comprometerse a mantener la fábrica en funcionamiento, incluyendo al personal en funciones al menos por cinco años, lo que chocaba directamente con lo que establecía la Ley de Quiebras del menemismo. A partir de entonces, esa sería la principal bandera de la lucha.
A la licitación de la Cervecería se presentaron dos propuestas. Por un lado estaba un empresario cordobés, el Ingeniero Stabio, que había alquilado la planta durante los últimos meses y se comprometía a respetar lo establecido en el acta. Por el otro lado se presentó CICSA, subsidiaria de la CCU-Lucsik, un monopolio de capitales chilenos, yanquis y alemanes que ya controlaba las marcas Budweiser, Schneider, Salta y Santa Fe. Con una oferta que duplicaba la de Stabio, en marzo de 1998 CCU ganó la licitación.
Lo que en realidad quería la CCU era quedarse con el porcentaje del mercado cervecero que ocupaba la marca y realizar un gran negocio inmobiliario con las tierras de la planta. El martes 4 de mayo, el día que los nuevos dueños debían tomar posesión de la Cervecería, los trabajadores decidieron que no se iban a entregar tan fácilmente, y en asamblea resolvieron la toma.
Con el pasar de los meses, también empezaron a hacer mella el desgaste, el ninguneo del gobierno y los medios, las promesas y las expectativas en la resolución judicial. “Había mucha presión para levantar el conflicto, y sobre todo para que no confluyera con otros sectores del movimiento obrero que también estaban peleando. Y empezó a actuar también el desgaste, el fondo de huelga se fue debilitando, algunos obreros se iban a hacer changas para poder pagar las cuentas. Y estábamos todos pendientes de cómo se resolvía lo judicial”, señala Dante.
El 17 de agosto, a las 3 de la madrugada, el gobierno provincial usó la toma cervecera para estrenar su nuevo escuadrón especial: el ETER. En plena noche, más de 800 policías cercaron y militarizaron todo el barrio, mientras los “SWAT” cordobeses entraban a la planta deteniendo y desalojando a los obreros y sus familias.
A fines de agosto finalmente Mestre entregaría la planta a la CCU, que, como habían denunciado los trabajadores, nunca más abrió sus puertas para producir la cerveza Córdoba. Pero la toma de la Cervecería quedó incorporada para siempre en la gran tradición de lucha del Barrio Alberdi y de los cordobeses, como se demostraría años después en ocasión de la demolición de la histórica chimenea, que desató una gran resistencia en el barrio.