El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) es una institución dedicada a la investigación, estudio y análisis de los fenómenos políticos, económicos y sociales de América Latina. Su director Alfredo Serrano Mancilla, doctor en Economía por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), España, formuló algunos apuntes sobre el resultado de las elecciones primarias del 13 de agosto de 2023. Estos son:
1. Ganó el FMI. No estuvo en la boleta, pero participó.
- Ganó el Poder Judicial. Tampoco estuvo en la boleta, pero participó no permitiendo que Cristina estuviera en la boleta.
- Perdió el Centro. No hay que confundir la biconceptualidad (Lakoff) con la moderación. La ciudadanía puede ser conservadora en algunos asuntos (seguridad) y progresistas en otros (más sanidad pública y menos eléctricas privadas). Pero no existe el punto medio. Es pura ficción.
- Perdió la idea de hacer política creyendo que todo puede ‘arreglarse’ con alianzas por arriba. El votante está poco atento a este tipo de acuerdos y pactos. La crisis de representatividad se acelera.
- No todo resultado electoral se explica por una campaña electoral. Los eslóganes y los spots suman pocos votos cuando la Política y la Economía reinan a sus anchas.
- Ganó Milei. Pero no debemos pasar de subestimarlo a sobreestimarlo. Lo importante es lograr caracterizarlo y entenderlo. El voto le llega por diferentes vertientes: la bronca, lo ideológico y lo mesiánico. Está sólido, sí, pero valoremos todo en su justa medida: tiene apoyo del 20 % del padrón electoral (30 % sobre voto válido). Ni más ni menos.
- Unión por la Patria perdió muchos votos entre PASO y PASO Presidencial 2019-2023 (5,5 millones). Debe ir a buscarlos en el barrio, convenciendo a todos aquellos desencantados que no fueron a votar (que son muchos). La vía es mejorar salarios y condiciones económicas cotidianas. Y, por supuesto, empatizar con los que la pasan mal, construir épica y ser más frontal en la disputa de ideas. Sin subterfugios. Sin eufemismos. Sin miedos.
- Las peores elecciones de este espacio político siempre tiene lugar sin Cristina Fernández de Kirchner en la boleta. El 2015, sin ella, 36,6 % (en las PASO). En esta ocasión, fue aún peor (27,2 %).
- Caída notable de Juntos por el Cambio (1,5 millones entre PASO y PASO Presidencia 2019-2023). Totalmente superado por el efecto Milei. Se partieron en dos y no ganó ni el uno ni el otro (aunque Larreta fue el que quedó peor parado). Además, poseen otro problema: no tienen por dónde crecer de cara a la primera vuelta.
- Ganó Axel Kicillof. Gestionar bien y defender convicciones siempre son un buen tándem para lograr un gran apoyo electoral. Evitar el exceso de rosca, también. Supo construir en medio de las dificultades. Representa el ‘sí se puede K’.
- Gran elección de Juan Grabois (1,4 millones de votos). Representa otra forma de hacer política. Con más rebeldía y menos marketing. Con un corpus ideológico muy nítido.
- La forma de votar localmente (por ejemplo, por Gobernadores) poco tiene que ver cuando se vota a Presidente de la Nación. Lo de tener ‘estructura territorial’ está sobrevalorado. Véase Milei: el más votado en 16 provincias.
- Alta fragmentación partidaria. Se dieron los tercios. Aunque también podríamos afirmar que fue una elección de quintos. A los tres bloques habría que sumarle los que no fueron a votar, y los que votaron por otras opciones (llegaron a sumar más de 3,5 millones).
- El partido no se ha terminado. Estas PASO no fungen como primera vuelta. Aún queda octubre, y luego noviembre. Todo está parejo. Hay que jugar y saber jugar. Sólo pierde quien tira la toalla antes de tiempo.

En junio pasado, el centro conducido por Alfredo Serrano Mancilla anticipaba que en las PASO no habria dos opciones competitivas sino tres. En la última encuesta CELAG (2.000 casos, presencial en todo el país) advertía que existía un empate técnico entre tres fuerzas políticas, que además experimentaban estadios y desafíos muy distintos entre sí. Seguramente, el electorado llegaria a las PASO aún auscultando cada una de ellas, sin tener una opinión formada definitiva y, en consecuencia, no será hasta la primera vuelta real cuando vayan a votar en un modo más categórico.
Voto lo que me da la gana
El 8 de agosto, una semana antes de las PASO, la misma CELAG publicó conclusiones sobre una encuesta dirigida a la militancia de Unión por la Patria; con 15.500 respuestas donde encontró al menos seis hallazgos importantes. Y al mismo tiempo aclaró que cada vez resulta más complicado anticipar los comportamientos electorales en base a encuestas.
¿Por qué? Entre varias razones, hay una fundamental, que es la alta tasa de rechazo. En otras palabras: hay un notable porcentaje de la ciudadanía que no responde las encuestas, que viene superando habitualmente el 70 % (es decir, para conseguir 3 cuestionarios respondidos se requiere preguntar a 10 personas, como mínimo).
Este fenómeno ya no es exclusivo de las encuestas telefónicas. También comienza a afectar progresivamente a las presenciales.
Según la mayoría de los estudios realizados sobre este asunto, la tasa de no respuesta varía mucho por países y por coyunturas. Por ahora no hay una constante explicativa, ni tampoco una manera virtuosa de subsanar este sesgo.
En lo que sí coinciden todas las investigaciones académicas es en la siguiente conclusión: las encuestas están reflejando actualmente lo que piensa la población más politizada, sin llegar a alcanzar a otra buena parte de la sociedad menos politizada, más silenciosa, a veces con posiciones menos definidas, que espera hasta última hora para definir su voto.
¿Son, por tanto, útiles las encuestas? Sí. Pero teniendo en cuenta que tienen una comprensión parcial y no absoluta. En este marco, CELAG quizo realizar un ejercicio diferente de cara a las elecciones PASO. “Esta vez no hemos hecho una encuesta como la que hicimos hace cuatro años en una situación parecida. Optamos por llevar a cabo una consulta entre un determinado sector de la población argentina, más politizado y militante, más afín a un espacio político-electoral, el de Unión por la Patria (UxP). El objetivo era disponer de una herramienta para caracterizarles”.
En su publicación de comienzos insiste: este análisis no tiene ningún carácter predictivo. No puede tenerlo porque el votante potencial de UxP no es el mismo que el militante que contesta este tipo de cuestionario. Pero desde CELAG creemos que el uso de este tipo de herramientas es útil para conocer mejor cómo piensa el eslabón existente entre la ciudadanía de base que votará por un espacio y sus cuadros de dirección-decisión.
Principales hallazgos
Estos son los principales hallazgos del estudio que cuenta con 15.500 respuestas obtenidas entre el 3 y el 6 agosto de 2023.
- Una militancia altamente ideologizada: en relación a preguntas sobre estatizar el litio y las eléctricas, el reparto de tierras para vivienda propia, estar en contra de la dolarización y eliminar los privilegios tributarios para los más ricos, en todas estas consultas, hay una mayoría aplastante a favor. Más del 90 % en cada una de ellas.
- Una militancia que quiere nuevas reglas con el FMI: el 70 % desea renegociar la deuda y el 26 % no pagarla tal como está.
- Sergio Massa, visto más como un candidato competitivo que como un exponente de las ideas kirchneristas: dos tercios consideran que él es quien tiene más posibilidades de derrotar a la derecha en Argentina. Hay un único 1 % que cree que encarna las ideas de Cristina Fernández de Kirchner (CFK); otro 20 % no confía en él y el resto piensa que es parte de la política tradicional.
- Juan Grabois, visto más como un representante de ideas kirchneristas que como un candidato competitivo: el 50% lo considera garante del kirchnerismo y el 40 % no cree que aún esté preparado para ser presidente. Muy pocos creen que divide el voto (no llega al 10 %).
- División de opiniones respecto al rol de CFK: existe la misma proporción entre los que quieren que tenga más protagonismo y los que piensan que debe seguir como hasta ahora (empate a 41 %). Sólo un 10 % considera que debe mantenerse más al margen.
- Massa, visto como más presidenciable y preferido por CFK; sin embargo, el voto de la militancia estaría más repartido entre él y Grabois. Esto es: ante la pregunta ‘quién cree que será el próximo presidente’, la mayoría (63 %) dice Massa (luego vendría Larreta y muy lejos Grabois); ante la pregunta ‘quién cree que es el preferido de CFK’, el 43 % cree que es Massa y el 20 % Grabois (el resto, ninguno de los dos). A pesar de esta concepción mayoritaria, a la hora de ‘a quién vas a votar en la interna’, los porcentajes están muy repartidos: 47 % para Massa y 48 % para Grabois.
Este último dato para muchos puede parecer una paradoja si lo queremos analizar desde una suerte de ‘racionalidad del voto útil’. Sin embargo, en la militancia, esta lógica no existe. Es decir, prevalece una determinada comprensión de las características de cada candidato, pero luego, a la hora de decidir qué hacer en las primarias, reina “voto lo que me da la gana”. O, dicho de otra manera: entiende que esta instancia (las PASO) es menos táctica de lo que pregonan cierta dirigencia y algunos medios de comunicación afines a este espacio electoral, y prefiere asumir el derecho a votar según sus convicciones más ideológicas. Y luego, en la primera vuelta, la lógica será elegir para que no gane la derecha.